jueves, 22 de abril de 2010

Salvar el entorno



“Hay que proteger el entorno”, le dije a Marta, que me observaba con ojos de madre satisfecha con su pequeño. “Estoy dispuesto a crear un plan de protección para salvaguardar lo más importante que tenemos y que durante tiempo no hemos valorado como se debía”, añadí. Y noté como su expresión se tornaba casi en éxtasis, como esas caras que ponen las madres en los programas de televisión cuando ven a su hijo sobre el escenario imitando a Bisbal. Y claro, cuando uno nota que tiene delante un público receptivo y emotivo, pues se crece. “Cada día somos más conscientes de la importancia que tiene proteger el entorno sin que esto suponga tener que dejar de disfrutar de él”, solté, en plan político de mítin que busca el aplauso que marca el guión. “No sabes la ilusión que me hace oírte decir eso”, añadió Marta. “Todos en la panda te tachan de frívolo pero yo sabía que no eras así, que tenías conciencia social, que te preocupaba el rumbo que está tomando el planeta y que asumes tu responsabilidad como parte de esta sociedad para mejorar el legado natural que vamos a dejar a las futuras generaciones”. Asentí con la cabeza sin saber muy bien porqué, como cuando tu primera cita en mucho tiempo te pregunta si has leído a Orhan Pamuk. “Fíjate lo concienciada que estoy en temas ecológicos que desde que Al Gore ha iniciado su Plan Marshall para salvar al planeta del cambio climático, le perdono que durante la época en la que fue vicepresidente de los Estados Unidos no hiciera nada para rebajar los niveles de emisión de gases de efecto invernadero”, explicó. Tomó mis manos y dijo, emocionada hasta el escalofrío: “Qué orgullosa estoy de que te preocupe salvar nuestro entorno natural”. “¿Entorno natural?”, contesté, con menos picardía que Rajoy hablando de los suevos; con ‘ese’, de soliloquio. “No. Yo me refería al entorno Wifi. Estoy harto de estar pagando una cuota cada mes para que todos mis vecinos se conecten a internet a mi costa. Que una cosa es compartir y otra ser tonto del culo. Así que voy a proteger mi entorno Wifi; voy a bloquear el router”, dije. Marta me miró fíjamente, sin mediar palabra, con ojos de Jack Nicholson. “Por cierto, que Al Gore ha ganado un Oscar. Estarás contenta, ¿no?” Aún espero la respuesta.

Artículo publicado el 3 DE MARZO DE 2007.

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