lunes, 5 de abril de 2010

Carta Blanca

Cuando me decían aquello de que poner en marcha un proyecto (ya fuera de teatro, radio o televisión) era como un parto intelectual e imaginativo, yo siempre relacionaba la comparación con el esfuerzo y, en ocasiones, sufrimiento que conlleva poner en marcha una idea, encontrar una buena comadrona que te entienda, educar unas ilusiones difuminadas por la nebulosa de la ficción y convertirlas en programas de provecho, hechos y derechos. Ahora, con la serenidad que da el paso del tiempo, me doy cuenta que el parecido entre dar a luz un ser humano o un proyecto también tiene que ver con lo orgulloso que estés de él, con la sensación de haber cumplido con un proceso creativo que si bien no lo ha transformado en lo que soñabas, sí ha logrado que se parezca, en gran parte, a lo que imaginaste. Santiago Tabernero fue la madre y el padre de Carta Blanca, posiblemente uno de los mejores programas de televisión de los últimos años. Y junto a él, un equipo creativo que asistió quirúrgicamente al proyecto hasta convertirlo en el referente de televisión de calidad que es hoy. Lara López, Borja Echeverría, Luis Campoy, María Carrión, Iñigo Rotaeche y Nacho Piedra contribuyeron a que el parto se vea, en la actualidad, con satisfacción y dignidad. Tuve la suerte de formar parte de ese equipo durante 2006 -el programa, por inexplicables razonamientos de la televisión pública de aquel entonces, y de siempre, sólo se mantuvo en antena una temporada, con índices de audiencia que únicamente podría justificar una televisión pública- y en ese espacio de tiempo le dimos Carta Blanca a diferentes creadores, de distintos campos, para que diseñasen su propio programa de televisión. Por un agradecido y espectacular decorado -que luego la propia cadena ha copiado hasta la saciedad (Balas de Plata, En Noches como Esta)- pasaron nombres como los de Alaska, Elvira Lindo, Alejandro Jodorowski, Juan Tamariz, Rafael Amargo, Ray Loriga, Sergi Arola, Isabel Coixet, David Trueba, Antonio Escohotado, Lucía Etxebarría, Amparanoia y La Terremoto de Alcorcón. Eso sin contar los invitados que cada uno de ellos, con nuestra colaboración, atrajo hasta allí: desde Guillermo del Toro a John Carlin, pasando por Beatriz Preciado, Amaya Arzuaga, Benedetta Tagliabue, John Berger, Bebe, Ana María Matute, Enrique Vila-Matas, Carles Congost, Sabrina Sabrok, Alberto García Alix, Manuel Toledano, Laura García Lorca o Miguel Poveda, entre otros. Recuerdo que algunos nombres con los que contactamos para ofrecerles una Carta Blanca, o invitarles al programa de alguno de los seleccionados, rechazaron la invitación. Todos con una buena razón que siempre era el exceso de trabajo. Pero los que finalmente dijeron que sí, esos aportaron su granito de arena a este programa que, no lo digo yo, lo dijeron los críticos de televisión, era uno de los mejores formatos de la década pasada.
Y ahora les dejo con los autorretratos que encabezaban el programa. Los guionistas, tras mucho hablar con los presentadores, escribíamos un texto que describía a los personajes en base a sus filias y fobias que luego ellos locutaban. Era casi un homenaje al "Me gusta/No me gusta" de Roland Barthes y al cortometraje Foutaises (Insignificancias) de Jean Pierre Jeunet. Y Nacho Piedra le añadía las imágenes transformándolo en esta pequeña joya que podéis ver a continuación:

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