martes, 28 de diciembre de 2010

Inocente

Hay un día en el calendario cristiano que recuerda la matanza de recién nacidos que llevó a cabo un tal Herodes cuando le comunicaron el nacimiento de Jesús. En nuestra sociedad, la espeluznante escena se celebra bromeando como si viviésemos en un cuartelillo y la novatada fuera otra manera más de demostrar poder. “Te lo voy a decir sin ánimo de ofender”, dijo mi amiga Encarna, “pero eres un joderollos”, soltó así, a bocajarro, con el spray de nieve artificial en la mano. Hoy hemos vuelto a celebrar el Día de los Santos Inocentes; ese día en el que pueden tirarte huevos sobre el abrigo nuevo, dejarte en ridículo ante decenas de personas e incluso jugar con tus emociones para acabar gritándote, en el mejor de los casos y entre carcajadas, un ‘¡Inocenteee!’ que debes afrontar con una radiante sonrisa de mala leche. Me considero una persona con muchísimo sentido del humor pero cada vez tolero menos las bromas. Como todo, ‘las inocentadas’ han evolucionado a medida de la sociedad. Ya no es gracioso un monigote de papel colgado en la espalda. Ahora la diversión está más cercana a la novatada. Y si pinta cruel, rollo Neil LaBute, pues mejor. La broma adquiere categoría en la medida en que resulte más humillante para la víctima olvidando que, si tú no te ríes, no es gracioso. Cuando digo esto, el grupo de amigos me mira como si fuera Cañita Brava cantando un tema a dos voces. “Está claro: te estás haciendo mayor”, dijo Marta, especialista en bromas telefónicas. Puede que tenga razón pero distingo perfectamente lo que me hace gracia de lo que no. Me pasé el Día de los Santos Inocentes tranquilamente en casa, evadiéndome de la provocación, de la burla y de los malos pensamientos. Que no es la primera vez que una broma me ha hecho invocar a ese tal Herodes con la esperanza de que se llevase a los bromistas; si era posible, a cachitos. “Deberías volver al psicólogo”, concluyó Marta. “Ahora hay una oferta muy buena: tres sesiones y pagas dos”. Fíjate, eso me hizo gracia.

1 comentario:

  1. Lo que más "jode el rollo" es pensar que Herodes murió ocho años antes de la teórica fecha del nacimiento de Cristo y que si nos atenemos al censo de la época, que existe, como mucho, de haber existido esa matanza, habrían muerto unos seis niños según las características descritas. Pero todo está escrito por "ellos".

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