domingo, 6 de junio de 2010

Domingo Diesel

Como en la canción de Miqui Puig, tengo la impresión de que los domingos pasan lentos. Sospecho que el séptimo día de la semana funciona con un motor Diesel. Muchas veces, durante la ingenua niñez y la desconcertante adolescencia, pensé que ese sentimiento acabaría desvaneciéndose, que maduraría con el tiempo y que sería un recuerdo que desempaquetar sólo en casos de extrema necesidad. Pero no, ahí siguen los domingos diesel. Si bajo la guardia, me ponen tristón. Es como si hubiera interiorizado esa sensación infantil que, a medida que avanzaba el reloj dominical, me iba recordando el regreso a la escuela. Era escuchar la sintonía del programa de televisión Estudio Estadio y ya me entraban los siete males. “Si es que hay demasiado fútbol. Eso es lo que nos pone de mala leche: los domingos de fútbol”, se quejó Marta. Le expliqué que no es irritabilidad, ni siquiera ansiedad; a mí los domingos simplemente me sedan el ánimo. “La única manera de combatirlos es eliminándolos”, añadió Encarna. “Y eso sólo es posible si logras no saber en qué día vives. Desengáñate: la culpa es del lunes”. “Pero creo que el domingo es triste de por sí, incluso cuando el lunes es fiesta”, dije. “De lo contrario, tendría un problema mayor, ya que estaría desperdiciando el presente pensando en el futuro”. Quizá los domingos padezcan también el síndrome navideño y esa absurda necesidad de ser feliz. Son días que se llenan de familias por las calles, alertados por un pequeño rayo de sol; de padres que acompañan a sus hijos, que montan en bicicleta; de restaurantes que cocinan paella para números pares; de aperitivos y vermut,...En definitiva, son días que te sumen en la rutina, días en los que uno ya no sabe qué hacer para mejorarlos, días en los que soñamos con la posibilidad de echarle un pulso al tiempo. “Y eso sin contar lo que sentimos si amanece un domingo con un cielo color panza de burro”, apuntó Marta, para más congoja. Y Santi, que había asistido a esa conversación sin abrir la boca, dijo: “¿Habéis probado a pasar un domingo sin encender la televisión y haciendo el amor?” Nos quedamos pensativos un instante. Nadie respondió, pero algo me dice que tal vez nos pongamos a plan hoy mismo.

1 comentario:

  1. En plena época de cierre de blogs, no sabes la alegría que me da descubrir el tuyo... ya sabes que soy un incondicional fan. Y aunque sigo esperando que se me haga el cuestionario cinematográfico ACME, y soy consciente de que nunca se me hará... Paco Tomas, gracias por existir.

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