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sábado, 30 de julio de 2011

Operación Retorno

Llevo cuatro días pensando en la manera de regresar. Algunas personas me dicen que para volver primero hay que haberse marchado y que yo soy tan perenne que parezco Mariano Rajoy. Sin embargo, no me puedo quitar de encima la sensación de retorno; como en una de esas campañas de tráfico. Pienso en cómo reaparecer, cómo afrontar la entrada que, como los productores de Gran Hermano 13 saben, no es fácil. De hecho, emulando a 'Viernes 13' propondría que la nueva temporada de GH incluyera entre los habitantes del reallity a una especie de Mike Myers, o de Peyton Flanders, o de Beverly Sutphin o, por supuesto, de Jason Voorhees, perfectamente diagnosticado y que diese un nuevo significado a la frase 'abandona la casa'. De hecho, si la edición goza de una gran audiencia (cosa que auguro), podríamos soltar al psicópata y convertir en otro reallity su cacería de antiguos 'grandes hermanos'. Joder, a veces pienso que si pudiera programar en las televisiones tendría unas ideas cojonudas para renovar la caja tonta.

Regresar. ¿Cómo regreso para captar la atención de mi público?Primero tendría que descubrir si tengo público. Supongamos que sí. Quizá podría descubrir un hermanastro de padre y contarlo todo en este blog, a modo programa de testimonios, pero solo de imaginarlo se me ha descompuesto el estómago. Un momento, por favor. Disculpen.




Volver, como en el tango, sería repetir la fórmula que utilicé hace tiempo y cuando uno ya tiene que recurrir a fusilarse a sí mismo quizá es que ha llegado el momento de fusilarse de verdad. También pensé en reincorporarme con un “Como decíamos ayer”..., en un alarde de originalidad intelectual y homenaje a Fray Luis de León. Pero luego pensé que esa frase la empleó el prosista para retomar las clases que impartía tras abandonar la cárcel en la que le encerró la Inquisición. Y yo sé tanto de cárceles como de mecánica, así que mejor no meterme donde no me llaman, que dijo mi amigo Jose cuando se enteró que la chica con la que practicaba sexo estaba enamorada de otro.

También valoré la posibilidad de iniciar este texto con un “Ciutadans de Musaquontas, ja soc aquí", pero me pareció de una pretenciosidad merecedora de todo tipo de cartas al director y algún insulto mecanografiado. Solo lo haría para demostrar que hay cosas que puedo decir en catalán, por si acaso alguien me eliminó de la lista de personas que pueden trabajar en Mallorca porque me sale mejor decir ‘zapato’ que ‘sabata’. Claro que, ahora que ha ganado el PP (y ellos fomentan el bilingüismo) lo mismo me harían un hueco. ¿Os imagináis? ¡Qué fuerte!

También podría regresar como lo hacen los muertos: convertido en zombie, vampiro o fantasma. “Mejor vampiro, que al menos chupa”, me soltó mi amiga Marta. Pero lo curioso es que, mientras pensaba en si mi regreso debía ser como el de la Momia o el del Jedi, ya había llegado. Y como era de esperar, mi vuelta fue como la de Javier Sardá: sin pena ni gloria.


En cualquier caso, como prometí quitarme la ropa al llegar a los 100 seguidores, aquí tienen ustedes mi ropa. Toda fuera.