sábado, 18 de junio de 2011

El Día E

Hoy es el Día E. Intento distanciarme de los días y las horas que van seguidos de una mayúscula; me asustan. Creo que siempre preceden a la tempestad. Pero hoy es diferente. El día y la mayúscula homenajean el español, una lengua que hablan 500 millones de personas en el mundo, la segunda que más se estudia y la tercera en número de usuarios en Internet.

Todo el mundo está eligiendo su palabra favorita en español. Rosario Flores ha dicho ‘sentimiento’. Confieso que me he sentido un poco decepcionado porque yo creía que iba a decir ‘raskatriski’ que para mí ha sido el hallazgo lingüístico del año, un descubrimiento de dimensiones inabarcables. Shakira ha elegido ‘meliflua’, que a mí…ni fú ni fá. ‘Murciélago’, Boris Izaguirre, y ‘fútbol’, Vicente del Bosque, que, vamos, romperse la cabeza tampoco se la ha roto mucho el hombre… Otra que tiene coña es la preferida por el banquero Emilio Botín. No, no ha elegido ‘Hacienda’, ni ‘fraude’, ni ‘Suiza’, y, desde luego, bajo ningún concepto, ‘solidaridad’, ‘igualdad’ o ‘decencia’, que son palabras propias de un antisistema. Ha elegido ‘Santander’. Como su banco. Imagino que el hombre habrá visto en la celebración del Día E una oportunidad de hacer publicidad subliminal. No me extraña. Debe recuperar la confianza de sus clientes ahora que hemos sabido que él, y varios miembros de su familia, guardaban el dinero en ‘otro banco’ que no era el suyo.

Me he puesto a pensar en mi palabra favorita en español. He encontrado muchas: ‘amistad’, ‘fiesta’, ‘mamá’, ‘ultramarinos’,…pero viendo todo lo que nos rodea últimamente he elegido la palabra ‘respirar’.

Me gusta la palabra ‘respirar’ no ya por lo que supone para mi propia supervivencia sino porque tiene unas connotaciones que me interesan, como cuando uno se siente aliviado y ‘respira’; o cuando uno deja de estar encerrado y ‘respira’ aire libre, porque para respirar aire puro ya nos tendríamos que desplazar a otro lugar que no fuera Madrid; o cuando una persona tiene una cualidad que caracteriza su personalidad y dicen que ‘respira’ simpatía, por ejemplo. ‘Respirar’ es algo que hacemos inconscientemente, sin darnos cuenta de que lo hacemos, y quizá por eso le restamos importancia. Pero la tiene.

Basta ver los informativos para darse cuenta que ha llegado el momento de reivindicar la respiración. Como en los ejercicios de preparación al parto, o en las clases de yoga, debemos aprender a respirar. Vivimos unos tiempos feroces en los que la única manera de hacer oír tu voz y de reivindicar tus derechos es dando un golpe encima de la mesa. Todos los que ahora se quejan, por poner un caso, de la actitud de una minúscula parte de ese colectivo al que se le llama ‘indignados’, son los que nos han enseñado que esa es la mejor manera de conseguir las cosas. Hemos crecido viendo huelgas en las que los piquetes informativos atacaban, los trabajadores tomaban medidas desproporcionadas,…siempre para hacer oír su voz y llamar la atención entre tanto ruido. Porque, como se decía antes, ‘si vas de buenas, aquí no te hace caso nadie’.

Prefiero ‘respirar’. Creo que si antes de tomar decisiones, nos pudiésemos sentar tranquilamente y respirar, tal vez actuaríamos de otra manera. Deberíamos respirar y luego intentar comprender que la violencia, aunque sea un simple empujón, deslegitima el discurso. Que, como dice José Luis Sampedro, no hay derecho a recurrir a la violencia porque tenemos la razón y el futuro. Que nadie olvide que lo realmente violento es un sueldo de 600 euros, no una pitada multitudinaria.

Esta semana he vivido algo preocupante a pocos metros de mi casa. Supongo que son los daños colaterales de vivir cerca de Alberto Ruíz Gallardón, alcalde de Madrid. El lunes se había convocado una ‘cacerolada’ en la plaza de Chueca contra la decisión del ayuntamiento de prohibir algunas de las celebraciones del Orgullo LGTB. Acto seguido, un grupo de personas decidieron localizar la dirección personal del alcalde de Madrid y plantarse en la puerta de su casa. Puedo entender que soportar una sentada frente al ayuntamiento vaya en el sueldo del alcalde. Pero llegar hasta el domicilio personal de alguien, acosar e insultar a su familia, me parece un tremendo error. Sobre todo porque deslegitima y altera peligrosamente el estado de derecho. ¿Se imaginan qué hubiera pasado si un grupo de votantes del PP hiciera eso en la puerta de la casa de Pedro Zerolo porque no le gusta la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo? Yo estaba ahora mismo escribiendo un speech incendiario.

No debemos acostumbrarnos a tomar la justicia por nuestra mano, por muy pueblo soberano que seamos, porque de eso al linchamiento hay un paso. Y el problema es que cuando se abre la veda, se abre para todos y contra todos. Por muy indignados que estemos, el insulto y el acoso no es un argumento. Indígnate, pero sin dejar de respirar.

Respirar. Esa es mi palabra. Al menos ahora. Posiblemente mañana o pasado mañana tenga otra, que soy muy voluble. Les animo a que lo hagan. Busquen su palabra favorita en español. Uno descubre mucho de sí mismo cuando la encuentra.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho profe, un RT seguro!

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  2. MARAVILLOSO ARTÍCULO. Gracias por todo tu universo.

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  3. Me encanta encontrar los 'speeches' de Wisteria Lane aquí! Lo solía hacer tb en los últimos tiempos de La Transversal... Me bajé el podcast de hace 2 días, y justo lo estoy escuchando. De todos modos, creo que tienes bastante razón en lo de la abstención, pero aquí no aparece!!

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  4. Leyendo esta entrada de la revista Orsai sobre Lucas Worcel, escritor de frases cortas, me he acordado de los juegos de palabras que te gusta tanto hacer:

    http://orsai.bitacoras.com/2011/06/el-rey-de-la-sintesis.php

    Espero que lo disfrutes, Fco.

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