lunes, 31 de enero de 2011
La palabra 'amor'
Nuestra amiga Encarna se ha vuelto a enamorar. Como siempre ocurre en estos casos, sucedió cuando ella menos lo esperaba; cuando dejó de anhelarlo con unas fuerzas desesperadas, cuando notó que la única manera de encontrar era dejando de buscar; cuando una noche no se arregló para los demás y se vistió para sí misma, con la única intención de tomar una copa con las amigas al salir del trabajo. Encarna clasifica la vida en la medida de lo enamorada que esté; como Karina ordenaba las flechas. “Me he dado unos besos del amor esta mañana”, me contó por teléfono. “Fuímos al cine del amor y luego estuvimos compartiendo una cena del amor”, le contó a Emma. “Con el coche del amor nos iremos a pasar el fin de semana a Alaró”, le contó a Marta. “¿Se ha vuelto boba? ¡Todo lo que dice es del amor! Parece una canción de Maná y por ahí sí que no paso”, comentó Marta, visiblemente horrorizada, ante el asentimiento del resto. “Creo que tenemos demasiados prejuicios con la palabra amor”, apunté. “Y no tiene nada que ver con Gran Hermano 9”, añadí. “Creo que existe un miedo ridículo a pronunciar la palabra, a vivirla, a entregarnos a ella sin condiciones ni horarios. Un miedo social a apostar y perder. Miedos tan antiguos como el propio miedo que genera. Y por eso estamos aquí, burlándonos de Encarna mientras ella está gozando de unos besos del amor”, dije. Todos me miraron con la cara que pondría Karl Lagerfeld ante el armario abierto de Mariah Carey. Su silencio se me antojó tan eterno que volví a tomar la palabra. “Vamos, digo yo...pero tampoco me hagáis mucho caso que hoy he dormido fatal”, me excusé, con una sonrisita. “Será eso”, atajó Marta. Y todos volvieron a conversar como si nada. Solo Josep interrumpió la charla hablando de Cásate conmigo, una peli de Jason Biggs que muy bien podría definirse como un ‘filme del amor’. “Es la evolución natural del amor: acabar en comedia. Eso, en el mejor de los casos”, soltó Marta. No me extraña que su madre diga que así no va a encontrar novio nunca.
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Ains, sí por favor: el cine del amor, el coche del amor, los besos del amor...Ay!!!, yo prefiero eso que el 100% de la pensión a los 65 años. Prefiero acabar bajo el puente del amor.
ResponderEliminarSa roqueta omnipresente...
ResponderEliminarLos besos del amor son muy ricos, di que sí Gata Chopada. Prefiero menos pensión pero poder disfrutar mi tercera edad mientras aún pueda disfrutarla
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