viernes, 18 de febrero de 2011
Hacer reír
Mi amiga Marta tenía una conocida, Manoli, que estaba enganchada a Supervivientes. Decía que se lo había recetado el médico de familia. Según ella, estaba amargada y medio depresiva hasta que se apuntó a un curso de risoterapia. Desde entonces, buscaba la risa en cada instante cotidiano, para sentirse mejor. “Vamos, que es una yonki de la carcajada”, apunté. No hizo gracia; no fue saludable. “Por eso ve Supervivientes. Cada vez que aparece Joselito en bañador o Karmele intentando trepar a una plataforma de caña, se descojona”, explicó Marta. “Reírse es la mejor función biológica para mantener el bienestar físico y mental”, contaba Manoli. “O sea, que Supervivientes es un servicio público de mayor interés social que ese de Saber vivir”. Según ella, lo más importante es reírse con ganas varias veces al día. “Pones en marcha cerca de 400 músculos, oxigenas el doble los pulmones, se limpian los ojos, se liberan endorfinas y se elimina el insomnio. Y eso es solo el principio”, explicaba, como si fuera una distribuidora de Avon. “¿Has probado con Rajoy?”, añadí. No hizo gracia; para mí que mi sentido del humor está en mal estado y lleno de radicales libres sueltos por ahí. “Y con la risa es con lo único que está permitido automedicarse”, aclaraba. “Lo importante es saber autoadministrarse la risa buscando ocasiones para ello. Por eso es muy importante ver programas de televisión que fomenten la risa”. “Habrá que esperar a que empiece la campaña electoral y se emitan los espacios propagandísticos gratuitos”. Ese fue mi último cartucho. Pólvora mojada. Dejé que Marta y Manoli siguieran hablando de algo que, curiosamente no hacían en mi presencia. Quizá sea yo un inhibidor de la risa, pensé. No sé cuánto tiempo había pasado cuando una noticia de la prensa llamó mi atención. Explicaba que la muerte de Heath Ledger había sido accidental. “¿Alguien me puede aclarar cómo se puede tomar uno, accidentalmente, oxicodona, hidrocodona, diazepán, temazepán, alprazolán y doxilamina? ¿Chocando contra la mesilla con la boca abierta?” Y Manoli rompió en una carcajada que le saltó las lágrimas. Otro tema es por qué nos hace tanta gracia el humor negro pero eso mejor lo tratamos otro día, que hoy necesito reír.
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Esta noche cuando una amiga me contaba que fué al médico por una molestia importante en un seno de repente se me vino a la mente el nombre de una película: La teta asustada, y enseguida lo asocié con Esperanza Aguirre. Es lo que tiene el humor y sus colores.
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