miércoles, 31 de marzo de 2010

Reflexiona, que algo queda

“Yo donde mejor reflexiono es sentado en la taza del váter”, dijo Josep, en un discreto homenaje a Albert Boadella. Así que todo el grupo, menos él, hemos decidido pasar la jornada de reflexión fuera de casa. El día previo a unas elecciones finge tener la función de otorgar un descanso de mítines y descalificaciones, confiando en una olvidada capacidad para pensar en todo lo escuchado y considerar nueva, o detenidamente, nuestra decisión al respecto. “Con la semántica en la mano, esta jornada es una chorrada que bien podría reciclarse a Día Internacional de la Media Tupida porque, para lo que se reflexiona hoy, mejor sería tener las medias a mitad de precio”, apuntó Marta. “Para poder reflexionar primero hay que tener ganas de pensar. Y pensar es el trabajo más difícil que existe; por eso hay tan pocas personas que lo practican”, añadí, todo solemne. Mientras, Emma, la ex secretaria rubia de nuestro ex psicoanalista, vio pasar una nube de polen y se quedó boquiabierta hasta que la perdió de vista. Entrañable. “¿Os apetece reflexionar?”, pregunté, así en general. “A mí me apetece una manzanilla, que tengo el estómago revuelto”, comentó Encarna. “Creo que realmente nadie suele dedicar tiempo a la reflexión. Pensamos que eso es patrimonio de filósofos y místicos y que nosotros bastante tenemos con llegar puntuales al trabajo. Si no reflexionamos durante el resto del año, ¿por qué íbamos a hacerlo hoy?”, cuestioné. “Yo sí reflexiono. Sobre todo las piernas. Me encanta reflexionar las piernas, que me han dicho que es buenísimo para los glúteos y para el abdomen. Hasta Emma reflexiona, ¿verdad Emma?”, lanzó Marta. Y Emma sonrió. “Perdonad pero estaba en otra cosa. ¿Qué decís?”, añadió. “Nada preciosa. Hablábamos de política”, apuntó Marta. “Yo soy apolítica”, dijo Emma. “¿Veís? Rubia, con derecho a voto y apolítica... no hay nada que reflexionar. Esta jornada de hoy debería llamarse jornada de aceptación, en la que uno tiene 24 horas para aceptar dónde vive, la categoría crítica de sus contemporáneos y asumir lo que se avecina, para que no duela”. No sé si Marta fue un poco dura en su análisis, aunque creo, como ella, que los resultados electorales siempre confirman lo poco que se reflexiona antes de acudir a las urnas. Sin embargo, la rubia de Emma no se mosqueó.



Artículo publicado el 26 DE MAYO DE 2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario