Caminaba por la ciudad, enfrascado en alguno de mis atornillados pensamientos, cuando algo interceptó mi paso. Sobre la acera de la calle Alcalá, entre el Círculo de Bellas Artes y el Ministerio de Educación, a tiro de piedra de la Puerta del Sol, una señal de tráfico triangular me advirtió de algo. Leí: “Gran atardecer aquí. Gratis a diario”. Luego descubrí que formaba parte del programa de actividades de La Noche en Blanco y confieso que lo primero que pensé fue: ¿cuánto les habrá cobrado el artista conceptual a la organización por esta idea? En el mundo de los colectivos de artistas contemporáneos uno siempre tiene la impresión de que le están tomando el pelo. Ya sea colgando mil grillos vivos en un lienzo, como ha sucedido en Cáceres, sin que sepamos muy bien qué quería contar el artista o con propuestas muy interesantes, muy divertidas, muy participativas, pero que requieren muy poco esfuerzo creador, aunque se facturen como si realmente hubieran inventado la Playstation. Señalar 15 puntos de Madrid desde los que ver una puesta de sol me parece una propuesta sostenible, barata e imperecedera. Pero cobrar a la organización por ello se me antojaba desproporcionado. Pero como la información suele ser la mejor manera de salir de dudas, busqué y encontré. La propuesta era obra del colectivo Basurama, reyes del reciclaje y comisarios invitados de la pasada Noche en Blanco. Si ustedes son de vivir la ciudad, cosa que por otra parte les recomiendo activamente, recordarán que los de Basurama ya intervinieron en Palma de Mallorca, el pasado mes de mayo, con la acción ‘Spermöla sobre ruedas’, en Es Baluard. En el caso de ‘El sol se pone para todos’, que así se llamaba la propuesta, se cumplía con las premisas de esta edición: utilizar recursos existentes, interacción con la ciudad de una manera diferente y redescubrir los tesoros ocultos de la villa. Así que… si pasan por Madrid durante lo que queda de año, no se sorprendan cuando vean una señal triangular azul que les avisa de un gran atardecer a las 20.31 horas, más o menos. Hay quince para elegir. ¡Coleccionalas! La capital es así: tan pronto organiza una noche de orgullo pijo, abriendo hasta las 12 de la noche la tienda de Chanel, como te monta una noche ‘en blanco’ a base de experiencias recicladas. En la variedad siempre estuvo el gusto.
Para mí, que soy más de experiencias perturbadoras, disfruto situándome frente a una película del mallorquín Agustí Villaronga. “Tras el cristal” aún no se ha borrado de mi mente, y la vi hace trece años. Y estoy deseando que “El mar” salga en dvd para que entre a formar parte de mi filmoteca. En un negocio lleno de artistas que imitan a otros artistas, encontrar un creador con un universo propio, con un estilo a la hora de contar historias y componer personajes, es un privilegio para el espectador que no se puede desaprovechar. He tenido la suerte de ver “Pa negre”, su última película, que opta a la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián. Dos cosas: no se la pierda y, por lo que más quiera, véala en versión original. Supongo que en la isla no existirá ese problema pero en Madrid, es más que posible que se estrene con alguna copia doblada. El doblaje en una película como “Pa negre” es un crimen.
Ya sabrán que se trata de la adaptación de dos obras del escritor Emili Teixidor (“Pa negre” y “Retrat d’un assassí d’ocells”) y cuenta la infancia de un chico durante los años 40. Con sinopsis como esta, lo primero que pensará es que esa película ya la ha visto. Y cientos de veces. Posiblemente sea así, no lo discuto. Pero en el arte lo importante ya no es destacar como el más original de todos, algo que también está muy bien, no le vamos a quitar mérito a la innovación. Lo importante es tener la personalidad suficiente como para que el público se interese por el punto de vista del realizador, por su manera de contar una historia, ya sea de chico busca chica o de infancia en posguerra. Y “Pa negre” es una película dura, con unos primeros minutos brutales, que parece estar rodada desde las entrañas de un país corrompido por el odio, la envidia y el rencor.
¿Y esa imagen pertenece a la película o al rodaje de alguna de estas? Me parece brutal y extraña.
ResponderEliminarInteresante reflexion sobre el cine de Agustí Villaronga. 'el Mar' y 'tras el cristal' son dos peliculas geniales. Gracias por estas Musaquontas.
ResponderEliminarGracias a vosotros por leerlas y comentarlas. MANEL, la imagen es del rodaje de "Pa negre".
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