Tengo la sensación que si algo consigue la campaña electoral no es captar el voto. Parto de la idea de que más o menos todo el mundo tiene claro a qué opción política votar, incluso a pesar del candidato, y que los debates, mítines y demás performances solo sirven para afianzar un voto que estaba ganado de antemano.
Sin embargo, sí creo que la campaña puede llegar a descargarnos la batería de la paciencia de una manera sorprendente. Vamos, que la del Nokia 3310, a nuestro lado, es imperecedera. Si tenemos en cuenta que la campaña electoral es como la navidad, cada año empieza antes, incluso podemos decir que vivimos en un bucle de eterna campaña electoral, los ciudadanos ya hemos escuchado los mismos reproches tantas veces como la canción del verano. Por cierto, ¿cual es la canción de este verano? Da igual.
El ciudadano se hastía de tanto debate, análisis del debate y análisis del debate del debate y, total, como ya tiene el voto decidido, preferiría ahorrarse la chapa y poder ver en la tele una buena serie. “Pero hay mucho indeciso”, comenta Encarna. “Desconfía de todos aquellos que te digan que no le interesa la política, que todos los políticos son iguales, que ellos son apolíticos, porque esos, votarán a la derecha”, expliqué, sin saber muy bien porqué.
Y aunque mi batería, a estas alturas de pre precampaña, ya está en rojo, sospecho que la culpa es mía, por no haberla agotado completamente al principio y luego cargarla durante dos horas seguidas, procurando después no llamar demasiado. Por eso mi paciencia, como la batería de mi móvil, cada día se descarga más rápido. Y es que hay teléfonos en el mercado que si no llamas ni recibes llamadas, la batería te dura cinco días. Curioso descubrimiento para un teléfono móvil. Quizá lo más saludable fuera solicitar el voto por correo, votar lo antes posible y luego, marchar de viaje a algún lugar paradisíaco y silencioso. Indispensable que no tenga cobertura. Ni wi-fi. Ni 3G. Que eso chupa batería que da gusto. Con perdón.
Personalmente prefiero estar en (pre)campaña porque así no se toman medidas impopulares. Si hubiera elecciones cada medio año sufriríamos una campaña sempiterna, pero sería más difícil incumplir las promesas y salir indemne. Por mi experiencia el 99% de los que dicen que no les interesa la política son de derechas. El 1% son anarquistas. Se les distingue muy bien por la indumentaria.
ResponderEliminarPasando a temas importantes: ¿Cómo va a dar igual la canción del verano? ¡Si este verano es pésima, pésima! Cada candidato es peor que el anterior (ahora voy comprendiendo la asociación de ideas entre elecciones y la canción del verano) Don Omar con su inefable "Danza Kuduro", la visita del rencor de Jennifer López con "On the Floor", y los Black Eyed Pees, Enrique Iglesias y Britney Spears intentando colarse en la memoria histérica de 2011. Yo me quedo con lo menos malo: Stromae y su "Alors en dance", Carlos Jean con "Lead the Way" o el "Hello" the Martin Solveig. Pero sobre todo dejo lo mejor para el final: Lady Gaga y su enamoramiento de "Judas" y Kylie con "Higher". A Adele y "Rolling in the Deep" no lo veo yo muy canción del verano, pero lo mismo de aquí a veinte años la destrozan como han hecho con "Far l'amore" de la Carra.